Saliendo a Cusco a través de Urubamba, llegarás rápidamente a estos famosos sitios del valle sagrado, que sin duda merecen ser visitados. Desde el pueblo de Maras, después de ver su plaza principal, se puede llegar a un “camino de herradura” a la “mina de sal”, formado por unos 3000 pequeños pozos con un área aproximada de aproximadamente 5 m² cada uno. En tiempos de sequía, estos se llenan con agua salada que proviene de un manantial natural que se encuentra por encima de los pozos. Cuando el agua se evapora, la sal cristaliza. Cuando la sal alcanza unos 10 cm de altura desde el piso, se retira y luego se empaqueta en bolsas de tela para enviarla a los mercados de la región. Hoy todavía se exporta internacionalmente.
Unos kilómetros más allá, a 3.500 metros sobre el nivel del mar, se encuentran los restos arqueológicos de Moray: unas doce plataformas concéntricas que crean tantos microclimas; simula así los diferentes repertorios de climas dentro del imperio inca gigante. Según los historiadores, sirvió tanto como lugar de experimentación como para calcular la producción agrícola en las diferentes regiones del Tahuantinsuyo.